Lituania tendrá que cerrar el último Chernóbil a partir del 1 de enero de 2010, debido a un referéndum que se ha celebrado en Lituania, por lo que la planta de Ignalina tendrá que ser cerrada a partir de este año. A pesar del riesgo para la salud, esta planta es una generadora de energía básica para Lituania y su cierra supondrá un aumento del coste de la electricidad, por lo que no todos son ventajas tras su cierre.

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La Unión Europea ha visto necesario su cierre debido a los problemas de salud y seguridad que puede generar en Lituania. Con este cierre todo apunta a que el coste de la luz para los lituanos se podría disparar hasta un 100%, según algunas valoraciones, aunque hasta que llegue ese momento no se podrá saber con exactitud.

Esta planta se guarda como una auténtica joya soviética, por lo que ya es hora de que se cierre de manera definitiva. El peligro es potencia, ya que los reactores son idénticos que los de Chernóbil, por lo que se quiere evitar que se produzca una catástrofe de estas dimensiones en Lituania, lo que sería realmente lamentable y peligroso.

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